Cornejo, cornexu, sangüeña – Cornus sanguinea

 

   Es un arbusto caducifolio que en ocasiones se transforma en un pequeño árbol que supera los 4 – 5 m. de altura. Habitualmente suele estar integrado entre otros árboles caducifolios en bosques, setos o sebes y orlas espinosas abiertas, donde suele buscar zonas húmedas o frescas y algo sombrías aunque también soporta los lugares soleados.



   Se distribuye por toda Europa y en gran parte de la Península Ibérica, escasea en la parte occidental de Galicia y sureste de España. En la región asturiana es bastante frecuente en las zonas oriental y central, desde el nivel del mar hasta la media montaña.


   Muy ramificado desde el suelo con tallos derechos que presentan un color rojizo de jóvenes, posee unas hojas ovaladas terminadas en punta, con los nervios muy marcados, simples y opuestas. El haz es liso de color verde vivo, mientras que el envés es más claro y piloso.


   A finales del verano y en el otoño sus hojas cambian de color y nos ofrecen un color rojo vino, sobre todo antes de caerse, de ahí su nombre específico ´sanguinea`.



   Florece desde abril-mayo hasta junio-julio, a veces tiene una segunda floración en septiembre, al iniciarse el otoño. Las flores son blancas y se agrupan en llamativas inflorescencias en la parte final de las ramas, cada una posee cuatro pétalos alargados y estrechos, con cuatro estambres.



   Durante el verano aparecen los globosos, carnosos y brillantes frutos, al principio verdes y cuando maduran, a la entrada del otoño, negros-azulados. Tóxicos para los seres humanos pero valiosos y apreciados por aves y algunos mamíferos, que además dispersan las semillas en sus heces.



   La madera de la sangueña o cornexu tiene una excelente calidad, por su dureza y resistencia, por lo que es muy apreciado para fabricar piezas torneadas, mangos de herramientas y otros pequeños elementos, también utilizado en cestería. Excelente para leña y carbón vegetal.



   


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