Mimosa – Acacia dealbata



   Es una de las muchas plantas invasoras que abundan en nuestra región, aunque no tienen tan mala popularidad como otras pues adornan amplios espacios con sus numerosas florecitas amarillas, generando rincones con mucho encanto.



  La mimosa o mimosa plateada es un árbol de hoja perenne, de la familia de las leguminosas, introducido en la península ibérica a mediados del siglo XIX con fines decorativos, procedente de Australia y Tasmania. En Asturias, puede llegar hasta los 10 – 12 metros de altura.



   Su corteza es pardo oscura o grisácea y lisa. Sus hojas compuestas están formadas por muchos pares de folíolos o pinnas generando una estructura característica. La madera de las acacias es bastante duradera una vez que está seca pero se resquebraja con facilidad por lo que no es de buena calidad.



   Las flores son de color amarillo brillante y muy olorosas, agrupadas en cabezuelas formando un globo, y se juntan en inflorescencias que nacen en las axilas de las hojas. Florecen al final del invierno y principio de la primavera.



   Las vistosas flores de la mimosa se transforman en unas vainas oscuras que contienen 4-5 semillas. Al inicio del verano las vainas se abren y las semillas caen.



   Las acacias no se quedan inmóviles donde se plantan, son capaces de propagarse por las zonas cercanas con gran facilidad, son invasoras. Además tienen semillas duras que viven mucho tiempo y resisten bien el fuego.


   La planta está dispersa por toda la región, muchas veces cultivada como ornamental o para fijar y consolidar suelos arenosos y taludes debido a su rápido crecimiento, y otras veces naturalizada invadiendo montes sobre todo después de los incendios. Se ha cultivado también para la obtención de goma arábiga, tintes y aceites.



   Como la mayoría de las especies invasoras, las acacias impiden la regeneración de la vegetación autóctona y empobrecen la diversidad del área invadida. Con el tiempo se van haciendo dueñas del lugar, modificando totalmente los ecosistemas. De aquí viene la expresión de “el peligro de la bella invasora”.



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