Rusco, acebo menor - Ruscus aculeatus



   Se trata de un pequeño arbusto de entre 30 cm a un metro de altura que crece en zonas frescas y sombrías, y extendido por gran parte de los países del centro y sur de Europa, incluida la Península Ibérica. Evidentemente le encanta el clima de Asturias.



   Además de su llamativo porte por el especial contraste de colores entre el verde intenso y oscuro de los tallos, y el rojo brillante de sus bayas, lo más singular de esta planta es que carece de auténticas hojas, en realidad son tallos modificados y aplanados, de forma ovalada a lanceolada, terminados en puntas rígidas y punzantes, llamados cladodios, y con aspecto de hojas. 



   Los tallos normales son flexibles, lisos y redondeados, y proceden de robustos rizomas subterráneos. Las auténticas hojas son diminutas escamas que duran muy poco, curiosamente toda la planta realiza la fotosíntesis menos estas hojas verdaderas.



   De la parte central de las falsas hojas o cladodios salen las flores, muy pequeñas, de color verde oscuro con zonas violáceas, muy particulares, que originarán apuestas bayas sentadas o sin pedúnculo, que poseen hasta cuatro semillas. Alimento de aves y otros animales, encargados de dispersarlas. Para los humanos estos frutos son tóxicos, produciendo vómitos, convulsiones y diarreas, si los ingerimos de forma accidental.



   Al rusco se le atribuyen diversas propiedades, dentro de la medicina tradicional, para aliviar el malestar en las hemorroides y las venas con varices. También es diurético y ayuda en los casos de fiebre. Mejora la circulación. Lo que más interesa son los rizomas y se aplica de forma externa. También es usado en cosmética.



   Es muy decorativo por lo que suele utilizarse para adornar pequeños rincones del jardín o en macetas, además es muy resistente y se desarrolla en cualquier tipo de tierra.



   Al igual que el ‘acebo`, el rusco ha sufrido la acción humana para utilizarlo como adorno navideño. Según la tradición el verde simboliza la abundancia y la fertilidad, y el rojo la salud, la pasión y la buena suerte. Por este motivo en algunos mercadillos navideños de muchos países europeos se venden ramas de rusco y acebo. Es una especie protegida en varios países.



   En Asturias florece durante todo el año, especialmente de febrero a mayo. También suele tener frutos en todas las estaciones pero sobre todo en otoño e invierno. Es fácil encontrarlo en todo tipo de bosques caducifolios, matorrales, setos, y curiosamente en acantilados y lugares de costa, se localiza desde el nivel del mar hasta la baja montaña.





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